En el estudio de la
asignatura se nos encomendó un trabajo sobre intervención en comunidades desfavorecidas
de Talavera, y ahí, empezó nuestra
búsqueda de colectivo. Es difícil en estos momentos decantarse por un colectivo
u otro, pues debido a la crisis, son
numerosos, los grupos que
requieren de intervención.
Comenzó nuestra
andadura con el colectivo de las prostitutas, que se mostraron totalmente
reacias a compartir con nosotras ningún tipo de información, sin la cual, no podríamos
abordar nuestro trabajo, así pues cambiamos de comunidad, y afortunadamente
encontramos en la familia de Fernando un punto de partida, para la realización
del mismo.
Fuimos en cuatro
ocasiones hacer un trabajo de observación participativa, en las cuales se nos informó de asuntos
vitales para ellos, sus carencias económicas, sus aspiraciones, su cultura, su
religión, todos estos factores, sin los cuales sería impensable una perfecta actuación.
Su comunidad, la
integran 25 personas, entre las cuales están
cinco de sus hijos, y sus respectivas familias.
Su sustento está
basado en la recogida de chatarra y cartón, aunque como reflejan, hay escasez de productos, (pues son numerosas
las personas que se dedican a este fin) y a veces no compensa el salir en su
busca, pues el gasto que se origina de
gasolina, supera con creces los beneficios obtenidos, por los mismos.
“El gitano de
referencia” vive, junto a su mujer y una hija, la cual recibe una pensión, por una diversidad
funcional intelectual que padece, y por la que recibe una pequeña pensión de unos 300 euros, incluso nos comenta que
les otorgaron una vivienda el estado, pero tuvieron que rechazarla por no tener
medios para poder sustentar todos los
gastos que derivan de luz, agua, etc.
Olvidamos que aunque se perciben, carencias mínimas,
como agua corriente, baño e higiene, no son necesidades básicas para ellos, al menos
no lo perciben como tal, siempre y cuando puedan acceder con trabajo a ellas,
por ejemplo ir a por agua unos pocos metros, etc.
Aunque somos conscientes de que su educación
es mala o escasa, el valor que tienen
respecto a esto es totalmente diferente
al nuestro. La educación formal les hace perder su identidad cultural como
pueblo, puesto que los valores que
transmiten no están de acuerdo a su
cultura, y por ello no acuden a los centros escolares con
regularidad.
Tienen una
concepción del trabajo, distinta a los payos, los gitanos, no viven para
trabajar, sino que trabajan para
poder vivir.
Al realizar una intervención,
no debemos caer en estereotipos establecidos, ni proyectar previamente
una inter valoración, de la misma, tenemos que tener una visión global
de las cosas, pero sin perder de vista, que el fin de nuestra intervención, la
transformación de las cosas, se dirige a personas concretas y problemas
concretos.
Los programas que se
van a diseñarse, son instrumentos de intervención que han de estar al servicio de esa transformación que
pretendemos llevar a cabo, y por tanto, no ha de estar sujeta solo para gitanos,
entraríamos entonces creando estructuras vacías de contenido, solo” por gitanos
y para gitanos”.
La actitud de la
población mayoritaria, en este caso la paya, es la que genera las barreras, por
tanto la actuación ha de ser conjunta, payos y gitanos unidos, debemos desechar
los estereotipos y perjuicios que desde siempre han existido.
Los principales
ámbitos de actuación son, en primer lugar un reconocimiento a su identidad,
para poder hacer efectiva la igualdad, y propiciar la participación.
Plena escolarización,
educación intercultural, fomento de estudios superiores, y acceder a formación
ocupacional, y empleo.
ACCEDER, un proyecto ambicioso